La sal
que no
vemos
LA SAL QUE NO VEMOS
¿Qué culpa tiene el salero?
Al hablar de dieta hiposódica o con poco sodio, debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes. Si consideramos
el 100% del sodio que consumimos en un día, el salero aporta aproximadamente sólo el 25% del total.
¿Dónde está entonces el 75% restante?
Ese otro 75% del sodio se encuentra distribuido en forma de “sal oculta” dentro de la mayoría de lo que
consumimos durante el día, tanto sólido como líquido.
Aproximadamente un 25% está en las comidas que llamamos “saladísimas” y que un hipertenso no debería consumir.
Entre éstas están los embutidos, los fiambres, los copetines en general, los caldos, las aceitunas en salmuera,
las comidas rápidas, las sopas instantáneas, etc. Estas comidas no deberían formar parte de la dieta del hipertenso.
Y el 50% restante se encuentra en el resto de la dieta. Dentro de estos alimentos, hay dos grupos que se consumen en
exceso, y un hipertenso debe consumirlos con mucha moderación: los panificados y los quesos. Los mismos se
elaboran con gran cantidad de sodio, y en caso de consumirlos, se debería optar por los que se comercializan como “sin sal”,
que contienen menor cantidad de sodio.
Al hablar de panificados, nos referimos no sólo al pan, sino a todos aquellos productos que se elaboran con harina leudante:
galletitas dulces y saladas, medialunas, facturas, tortas, budines y pizzas. Muchas personas eligen el pan de salvado (pan negro),
pensando que no contiene sal, pero el contenido de sal es el mismo que contiene el pan blanco.
Con respecto a los quesos, tanto los más duros como los untables tienen, por lo general, mucha cantidad de sodio, por lo
tanto no deberían consumirse o bien optar por aquéllos comercializados con menor contenido de sodio.
En cuanto al salero, a pesar de que la sal agregada en el plato es responsable de un bajo porcentaje del sodio consumido,
una buena conducta para el hipertenso sería reemplazar la sal de mesa común por sal potásica. La misma no contiene sodio,
se comercializa en farmacias y supermercados y es una buena opción para agregar en la mesa del hipertenso
Ante cualquier duda o temor, recuerde siempre conversar con su médico tratante, de modo de consensuar y elegir tratamientos con los que se sienta segura/o, pero que también le resulten útiles en la terapia de su HTA.